De igual modo que no podría entenderse el castillo de Loarre sin sus murallas o la catedral de Teruel sin su torre, 2/3 de Averly no van a caer en manos de la especulación. Una red del bien común, más unida que nunca, está aquí para conseguir que así sea.

La integridad y autenticidad de este extraordinario bien están en serio riesgo de ser derribadas a causa de la codicia de la especulación urbanística. Otro plan vinculado a un modelo de ciudad obsoleto y de sobras reconocido como nefasto que no ha hecho sino aumentar las desigualdades sociales y monopolizar el derecho a un espacio digno.

Ya no es sólo que más de un siglo y medio de historia, ingeniería, arquitectura, arte, cultura, economía, educación, comercio y naturaleza corran peligro de desaparecer, es más lo que nos jugamos.

Los derechos de la ciudadanía, y el del espacio en este caso, deben ser defendidos sin titubeos puesto que el respeto por el medio en el que se desarrolla una comunidad resulta clave para hacer surgir lo mejor de ella.

Va siendo inevitable poner punto y final a la preponderancia del interés individual sobre el colectivo, a la corrupción de una parte de la clase política y a la omertà generalizada de las instituciones públicas.

Pues bien, ese punto y final va a ser Averly.

Otra manera de hacer las cosas se ha puesto en marcha, dando pie a una alternativa de ciudad donde prime el bien común, donde tengan cabida todo tipo de relaciones ciudadanas y donde el espacio se convierta en catalizador de los mejores valores de la sociedad a la que acoge.

¿Te unes a la red del bien común?

El Ojo de la Pantera de Abril es obra de YOMIMOKO & Co & APUDEPA

Con esta instalación La Pantera Rossa quiere unirse y dar a conocer la defensa del patrimonio industrial contenido en Averly.

*Y de propina, aquí puedes leer una estupenda reflexión sobre el valor y significado político de Averly, escrita por Pablo Lópiz para la revista Turba, y que compartimos plenamente: http://www.revistaturba.net/?p=885