Compartir

El amor romántico mata

Con motivo de la celebración anual del 14 de febrero, Día "capitalista" de San Valentín y del Amor, la instalación artivista y escaparatista de Peelovska, en el OjO de la pantera, llama a la reflexión social sobre el papel determinante que juega el mito del amor romántico en la extensión de la violencia machista y en la consolidación del patriarcado. Visible hasta el 15 de marzo de 2015.

El romanticismo es el mecanismo cultural más potente para perpetuar el patriarcado, la lucha contra la violencia machista debe incluir la consolidación de otros modelos de relaciones.

El amor romántico es una herramienta de control social, y también un anestesiante. Nos lo venden como una utopía alcanzable, pero nos encontramos con que el mejor modo es renunciar a todo con tal de asegurar la armonía conyugal. Lo que nos enseñan en las películas, cuentos, novelas, series de televisión es que las chicas de los héroes esperan con paciencia, los adoran y los cuidan, y están disponibles para entregarse al amor cuando ellos tengan tiempo. Las chicas de la publicidad ofrecen su cuerpo como mercancía, las chicas buenas de las pelis ofrecen su amor como premio a la valentía masculina. Las chicas buenas no abandonan a sus esposos. Las chicas malas que se creen dueñas de su cuerpo y su sexualidad, que se creen dueñas de su propia vida, o que se rebelan, siempre se llevan su castigo merecido (la cárcel, enfermedad, ostracismo social o muerte). Millones de mujeres mueren a diario por “crímenes de honor” a manos de sus maridos, padres, hermanos, amantes, o por suicidio (obligadas por sus propias familias).

En 2014 (según la ficha de 31 de diciembre del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Iguladad del Gobierno de España) fueron asesinadas 53 mujeres por sus parejas o exparejas. En 2013 murieron 54, y en 2012, 52. Pero son muchas más las mujeres que sufren malos tratos y viven en riesgo permanente. Por su parte el macroestudio sobre violencia de género realizado por la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) revela que un 20% de las mujeres residentes en España de entre 18 y 74 años declara haber sufrido violencia física después de los 15 años, y un 3% en los 12 meses previos a la entrevista. Si se considera sólo a los agresores que son o han sido pareja de las mujeres, los porcentajes son un 12% y un 1%, respectivamente. En cuanto a la violencia psicológica, hasta un 33% declara haber vivido al menos un episodio desde esa edad. Pero el concepto de violencia de género incluye también la violencia sexual en todas sus formas: acoso, abuso o agresión. Así, un 6% de las mujeres españolas ha sufrido violencia sexual desde los 15 años; un 1% en el último año.

Por otra parte los recortes en ayuda y prevención y la desconfianza de las mujeres en las instituciones estarían en la base de que las españolas reconozcan menos los diferentes tipos de violencia machista y disminuyan las denuncias. El presupuesto destinado a la lucha contra la violencia de género ha bajado casi en un 30% desde 2011 y los esquemas machistas en los jóvenes plantean una oscura perspectiva. Se observa una fuerte implantación entre las adolescentes de entre 14 y 17 años de las nuevas formas de machismo o "sexismo sutil" –que se encubre bajo la idea del afecto como cuidado–, mayoritario entre las chicas, frente al más tradicional u "hostil" de los chicos. En total, un 65% de chicas y chicos presenta algún tipo de sexismo (más ellos que ellas), confirmando que "ambos tienen asumida la legitimidad del principio de autoridad del hombre sobre la mujer".

Es necesario un cambio social y cultural , económico y sentimental. El amor no puede estar basado en la propiedad privada, y la violencia no puede ser una herramienta para solucionar problemas. Las leyes contra la violencia de género son muy importantes, pero han de ir acompañadas de un cambio en nuestras estructuras emocionales y sentimentales. Para que ello sea posible, tenemos que cambiar nuestra cultura y promover otros modelos amorosos que no estén basados en luchas de poder para dominarnos o someternos. Otros modelos femeninos y masculinos que no estén basados en la fragilidad de unas y la brutalidad de otros.

"Ni dios, ni amo, ni partido, ni marido", es el grito desesperado del arte de Peelovska contra el mito del amor romántico y la violencia machista.

Fuentes y lecturas imprescindibles:

 

Materia
167473

Estamos en Zaragoza.
En el 28 de la calle San Vicente de Paúl.
Justo aquí

Abrimos de lunes a sábado 
de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00

 

Ven a La Pantera Rossa

Proyecto financiado por la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, Ministerio de Cultura y Deporte