Antipoesía a dos ruedas

Antipoesía a dos ruedas constituye una apología a la autonomía y a la libertad que pueden conquistarse a través de la bicicleta. En este itinerario se reflejan realidades sociales, paisajes y viajes a lo más profundo de uno mismo. Realidades conocidas gracias a la ruptura de barreras psicológicas que tan a menudo suceden siendo cicloviajero y la consecuente cercanía con la gente que ello permite. (Los demás son, en cierto modo, un espejo de lo que somos.) El enfrentamiento a los miedos más arraigados, la valentía de salirse de los caminos ya marcados y largas horas de pedaleo por parajes remotos y solitarios, inspiran la lírica de los poemas más existenciales que aquí puedes encontrar. En definitiva, tienes entre tus esculpidas manos una invitación para volver a la sencillez y la plenitud que supone transitar por la vida a ritmos más humanos.


Carlos Pedraz Calvo (1995) nace en Madrid, aunque vive casi toda su vida en Vitoria-Gasteiz. En su etapa de estudiante universitario se traslada a Bilbao, donde gracias al Poetry Slam comparte por primera vez sus versos y empieza a formar parte de Rebertso Kolektiboa. En esta ciudad realiza sus prácticas en el ámbito de la salud mental, realidad que le empuja a interesarse tanto por la psicología como por los derechos de las personas psiquiatrizadas, lo que más adelante le lleva a trabajar como educador social con dicho colectivo. Realiza sus primeras publicaciones en forma de fanzines autoeditados: El camino es el fin, no el medio (2017) y Cantos perdidos de la tierra (2018). Cicloviajero, biciactivista y de corazón nómada, su obra está impregnada por las vivencias y paisajes que conoce gracias a la bicicleta e indaga en las luces y sombras de la condición humana.