El esquinazau
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Los objetivos fundamentales del presente trabajo son varios. El primero y fundamental celebrar como se merece la figura de Beltrán, justamente en el año que se cumple el 60 aniversario de su muerte en México.
El segundo aportar nuevos y novedosos datos a la propia biografía de Antonio Beltrán Casaña, El Esquinazau, jefe del Batallón Alpino, jefe del Batallón Cinco Villas, jefe de la 72ª Brigada Mixta, teniente coronel del Ejército Popular de la República y por ende jefe de la 43ª División, desde el inicio de la Bolsa Bielsa hasta el internamiento definitivo de dicha División en Francia en 1939.
A lo anterior se une el ser autor del trabajo: Acciones defensivas de la 43 ª División, en el Pirineo aragonés, estudio que, aunque publicado íntegro en su día, todavía no ha merecido hasta la fecha más consideraciones, ni tan siquiera un somero estudio crítico, siendo como es la fuente principal o el relato más verídico de lo que aconteció en Bielsa en los meses de abril a junio de 1938, historia más conocida de forma coloquial como la Bolsa de Bielsa.
Y en todos los casos olvidándose, pensamos que, de forma lamentable, que Beltrán fue el responsable y ejecutor de la necesaria retirada a Bielsa, tanto del personal civil de aquellas comarcas, empeñado en retirarse con la división, como del militar. Operación que Beltrán se pasó elaborando durante las semanas anteriores a la retirada, ante la posibilidad de que se produjera el descalabro que finalmente acaeció, con el hundimiento del frente de Aragón.
A Beltrán, también se le debe el haber sido el motor principal de la férrea defensa de aquel último trozo de Aragón, o el ser la persona que tuvo la suficiente lucidez de planear, organizar y ejecutar la retirada del elemento civil de aquellos valles pirenaicos durante los inicios de la Bolsa, al resultar innecesaria su presencia en aquel duro escenario bélico, detalle que muy pocas veces se resalta. En resumen, la figura de Beltrán, hasta la fecha no ha recibido el merecido homenaje por todos aquellos evidentes aciertos.
Por otra parte, la misma correspondencia hoy recuperada nos permite conocer con más detalle los oscuros años de la trepidante vida de Beltrán, convertida en aquel tiempo en un auténtico infierno, al estar perseguido o según se mire abandonado por todos, incluido por el propio PCE, y todo ello como consecuencia de la firmeza de sus convicciones republicanas, que él consideraba ya perdidas en aquellas fechas por una parte importante del propio exilio.
Del mismo modo que también gracias a dicha correspondencia, vamos a poder conocer los aspectos más íntimos y personales de la vida de Beltrán, descubriendo entre otras muchas cosas, que los héroes también tienen su corazoncito, y a veces incluso hasta familia, como era el caso del propio Beltrán, y además por partida doble, al tenerla repartida entre España y la URSS, cuestión familiar que los profesionales de la Historia, no sabemos si por un falso pudor, acostumbran siempre a soslayar.
De ahí que las cartas que hoy se presentan, son, en cierto modo, tras su paso por círculos del infierno, el relato del viaje iniciático de Beltrán a su Ítaca ideal, al convertir su deseo de conseguir llegar al lejano y casi inalcanzable México, en el objetivo final de su vida aventurera.
La misma Ítaca que intentó recrear en un pobre y mísero rancho mejicano en San Luis de Potosí, al que puso por nombre mimético el de Canfranc, o llamando a su burro doméstico Morico, tristes remedos a su soledad, y como consuelo a la añoranza que debería sentir de la desvaída visión de los lejanos Pirineos de su infancia, y del trotar juvenil por sus escarpadas laderas.
A. Gascón Ricao
El segundo aportar nuevos y novedosos datos a la propia biografía de Antonio Beltrán Casaña, El Esquinazau, jefe del Batallón Alpino, jefe del Batallón Cinco Villas, jefe de la 72ª Brigada Mixta, teniente coronel del Ejército Popular de la República y por ende jefe de la 43ª División, desde el inicio de la Bolsa Bielsa hasta el internamiento definitivo de dicha División en Francia en 1939.
A lo anterior se une el ser autor del trabajo: Acciones defensivas de la 43 ª División, en el Pirineo aragonés, estudio que, aunque publicado íntegro en su día, todavía no ha merecido hasta la fecha más consideraciones, ni tan siquiera un somero estudio crítico, siendo como es la fuente principal o el relato más verídico de lo que aconteció en Bielsa en los meses de abril a junio de 1938, historia más conocida de forma coloquial como la Bolsa de Bielsa.
Y en todos los casos olvidándose, pensamos que, de forma lamentable, que Beltrán fue el responsable y ejecutor de la necesaria retirada a Bielsa, tanto del personal civil de aquellas comarcas, empeñado en retirarse con la división, como del militar. Operación que Beltrán se pasó elaborando durante las semanas anteriores a la retirada, ante la posibilidad de que se produjera el descalabro que finalmente acaeció, con el hundimiento del frente de Aragón.
A Beltrán, también se le debe el haber sido el motor principal de la férrea defensa de aquel último trozo de Aragón, o el ser la persona que tuvo la suficiente lucidez de planear, organizar y ejecutar la retirada del elemento civil de aquellos valles pirenaicos durante los inicios de la Bolsa, al resultar innecesaria su presencia en aquel duro escenario bélico, detalle que muy pocas veces se resalta. En resumen, la figura de Beltrán, hasta la fecha no ha recibido el merecido homenaje por todos aquellos evidentes aciertos.
Por otra parte, la misma correspondencia hoy recuperada nos permite conocer con más detalle los oscuros años de la trepidante vida de Beltrán, convertida en aquel tiempo en un auténtico infierno, al estar perseguido o según se mire abandonado por todos, incluido por el propio PCE, y todo ello como consecuencia de la firmeza de sus convicciones republicanas, que él consideraba ya perdidas en aquellas fechas por una parte importante del propio exilio.
Del mismo modo que también gracias a dicha correspondencia, vamos a poder conocer los aspectos más íntimos y personales de la vida de Beltrán, descubriendo entre otras muchas cosas, que los héroes también tienen su corazoncito, y a veces incluso hasta familia, como era el caso del propio Beltrán, y además por partida doble, al tenerla repartida entre España y la URSS, cuestión familiar que los profesionales de la Historia, no sabemos si por un falso pudor, acostumbran siempre a soslayar.
De ahí que las cartas que hoy se presentan, son, en cierto modo, tras su paso por círculos del infierno, el relato del viaje iniciático de Beltrán a su Ítaca ideal, al convertir su deseo de conseguir llegar al lejano y casi inalcanzable México, en el objetivo final de su vida aventurera.
La misma Ítaca que intentó recrear en un pobre y mísero rancho mejicano en San Luis de Potosí, al que puso por nombre mimético el de Canfranc, o llamando a su burro doméstico Morico, tristes remedos a su soledad, y como consuelo a la añoranza que debería sentir de la desvaída visión de los lejanos Pirineos de su infancia, y del trotar juvenil por sus escarpadas laderas.
A. Gascón Ricao
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Número de páginas :206
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EAN :9788412275711
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ISBN :978-84-122757-1-1
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Año 1ª edición :2021
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