En esta breve obra, Woolf nos invita a reflexionar sobre los estados mentales y corporales que nos produce la enfermedad y llama nuestra atención sobre la escasa literatura que se ha ocupado de ello:

Considerando lo común que es la enfermedad, el tremendo cambio espiritual que provoca, los asombrosos territorios desconocidos que se descubren cuando las luces de la salud disminuyen, los páramos y los desiertos que del alma que desvela una leve gripe, (…), -cuando pensamos en esto (…), resulta en verdad extraño que la enfermedad no haya ocupado su lugar con el amor, la batalla y los celos entre los principales temas literarios. Cabría esperar que se hubieran dedicado novelas a la gripe; poemas épicos, a la fiebre tifoidea; odas, a la neumonía; elegías, al dolor de muelas. Pero no; con escasas excepciones (…), la literatura procura sostener por todos los medios que se ocupa de la mente; que el cuerpo es una lámina de vidrio plano por el que el alma ve directa y claramente y, salvo por una o dos pasiones, como deseo o codicia, es nulo, insignificante e inexistente. Mas lo cierto es todo lo contrario. El cuerpo interviene todo el día, toda la noche (pp. 25-27).

¿A qué se debe esta ausencia? ¿Por qué este olvido deliberado del cuerpo en la tradición cultural occidental? ¿Qué pretendemos conjurar al olvidar el cuerpo o al minusvalorarlo? ¿Acaso nuestra propia vulnerabilidad? ¿Qué aporta el estado de enfermedad a la actividad de la lectura?

En este ensayo, con una prosa viva y llena de metáforas e imágenes, Virginia Woolf pone cuerpo y palabras a la vivencia de la enfermedad así como a una singular visión acerca de los potenciales creativos que el estado de enfermedad puede comportar en relación con la lectura y con la vida misma. Woolf no trata la enfermedad en abstracto, sino la enfermedad vivida en primera persona, la propia, la de cada una. ¿Quién no ha estado enferma alguna vez? ¿Cuál es nuestra reacción ante la propia enfermedad? ¿Cuál es la dulce e inspiradora condición de “las desertoras” y “los desertores” del “ejército de las erguidas” y de los erguidos, como nos denomina Woolf?

Te esperamos el viernes 30 de noviembre en nuestro horario habitual (de 19.00 a 21.00) para intercambiar impresiones sobre este bello texto de Virginia Woolf y compartir nuestras reflexiones acerca de estas preguntas.

Arantxa Hernández Piñero.